jueves, 11 de septiembre de 2014

Ciclos




Tenemos que regresar al punto de partida ya que no es posible tolerar procesos incompletos. Vivimos en la sociedad más prospera de todos los tiempos gracias a la tecnología y la industrialización. El sistema de agua potable y drenaje, los programas de inoculación masiva, electrificación e infraestructura de comunicaciones han elevado nuestro estándar de vida y longevidad. Y sin embargo, la gran ironía radica en el hecho de que la misma industria que nos otorgó estos beneficios constantes, asequibles y en masa, también puede matarnos.
La mina Buenavista, en Cananea Sonora, produce principalmente cobre. Hablo de grandes cantidades de cobre. Según la revista Forbes, la mina cuenta con las reservas comprobadas más grandes de cobre en el mundo. Este noble mineral se utiliza en un sinnúmero de aplicaciones desde aleaciones antimicrobiales, cableado, tubería y componentes electrónicos. El metal es imprescindible para la vida moderna, tanto como el petróleo o el gas natural. El problema consiste en que, al igual que los hidrocarburos, su extracción y procesamiento es en extremo contaminante. Y como cualquier industria de alto riesgo, no está exenta de accidentes. Para prueba, la reciente tragedia ecológica provocada por el derramamiento de 40 millones de litros de sulfato de cobre y metales pesados en el rio de Sonora. ¿Cómo sucedió esta tragedia?
Uno de los procesos que utilizan en la mina de Buenavista es el de lixiviación. En el cual, el mineral extraído es bañado con ácido sulfúrico para separar el cobre de otros minerales e impurezas. Este acido gradualmente se transforma en sulfato de cobre que después se refina por medio de la electrolisis para obtener un metal de gran pureza. Fue este sulfato de cobre, así como otros metales contenidos en esta misma solución que, por desgracia terminaron en el rio. ¿Por qué terminaron allí? Técnicamente fue una falla de mantenimiento en un tubo de un represo que contenía los químicos. Sin embargo, yo creo que la falla, es sistémica al no existir ningún incentivo o disuasivo económico suficientemente eficaz para obligar a la industria a mantener las óptimas condiciones de seguridad y completar su ciclo. Es decir, que aspire a tener cero desperdicios y gestione el ciclo de vida del producto y subproductos desde su incepción hasta su reutilización. ¿Cuál es el costo de un ecosistema dañado y una sociedad aún más polarizada, que ve con mucha desconfianza cualquier tipo de desarrollo, que no solo los despoja de su único modo de subsistencia sino que además los envenena?
Este derramamiento ha paralizado la economía en las más de veinte comunidades aledañas que desarrollan la agricultura y ganadería. Además de intensificar otros conflictos relacionados con el agua: el conflicto indígena Yaqui al sur del estado, en protesta al acueducto Independencia y el acaparamiento ilegal de agua, por parte del Gobernador del Estado. Yo creo que el caso Sonora debe de ser revisado detenidamente, ya que puede ser el preámbulo de lo que acontecerá en el resto del país al iniciar la extracción de gas natural utilizando el método de fracturación hidráulica. Método que está relacionado directamente con la contaminación de pozos de agua potable en al menos cuatro estados en la unión americana. Método que, causara los mismos estragos que enfrenta actualmente el estado de Sonora. Hay que re-evaluar cuál es realmente el costo de los bienes que consumimos y ajustarnos a una realidad de recursos finitos. Realidad que demanda cerrar ciclos y completar procesos para sobrevivir.



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